En primera instancia, reciban nuestros más sinceros deseos que todos estén bien al igual que sus seres queridos.
Me dirijo nuevamente a ustedes con el interés de mantener un diálogo constructivo que les informe y motive a “navegar” satisfactoriamente la evolución de la situación actual. Como líderes, una de nuestras mayores responsabilidades es actuar con calma y determinación, proyectando optimismo y confianza de cara al futuro, pero conscientes de la importancia de tomar las medidas necesarias para proteger a nuestros colaboradores y clientes, y al mismo tiempo la sostenibilidad y evolución de la empresa con el objetivo de fortalecer su capacidad competitiva.
Nos toca ver los desafíos, no como obstáculos, sino como situaciones que requieren atención con prioridades claras y total urgencia en ejecución. Paralelamente, debemos prepararnos para el proceso de reapertura gradual y enfrentar “el nuevo normal”, basándonos en un plan bien enfocado y estructurado. Aprovechemos estos días para cuestionar/validar cómo debe evolucionar nuestro modelo de negocio, qué tan bien conocemos y qué tan cerca estamos de nuestros clientes, cuál va a ser la nueva estrategia comercial para la recuperación/generación de ingresos, qué nos falta para saltar a un mundo digital, qué tan enfocados estamos hacia la importancia y el rol de nuestros colaboradores, y finalmente, qué tan ágil y productiva es nuestra organización.
La mayor prioridad en los próximos 6-9 meses estará en la generación de ingresos, en definir cómo debe ser el “vendedor del siglo XXI” en cuanto a metodología y herramientas, así como su disciplina de trabajo y el seguimiento adecuado para el logro de resultados.
Toda dificultad es una oportunidad para cuestionarnos y salir adelante más resilientes y fortalecidos. Les ruego encarecidamente que aprovechemos el momento para hacer lo correcto, ya que el costo de no actuar será aún mayor y lo pagaremos con creces.