Hola amigos. Normalmente cuando comenzamos un proceso de reclutamiento siempre estamos buscando que los candidatos tengan el perfil y las competencias idóneas para poder agregar valor a nuestras empresas y usualmente nos enfocamos en el potencial de la persona como un factor determinante de su posible evolución en la empresa a mediano y largo plazo.
Sin embargo, hay otras lecciones que hemos derivado de nuestra experiencia a través de los años y que deben ser consideradas a la hora de evaluar nuestro talento. En primera instancia, la inteligencia. Si hay un alto grado de inteligencia, indudablemente hay un alto potencial. Debemos tener la capacidad de evaluar la capacidad analítica, verbal, matemática y razonamiento lógico de la persona más allá de su experiencia educativa y profesional, así como capacidad de contestar ciertas preguntas que demuestran su nivel de madurez y sentido común. No se trata de buscar niveles de genios, sino sencillamente un nivel de inteligencia que esté por encima de la media para que podamos contar con esa capacidad de desarrollo a mediano y largo plazo.
El siguiente factor son los valores. Este es un elemento crítico. Debemos asegurarnos que los esenciales como honestidad e integridad están presentes pero hasta qué punto la trayectoria del candidato es paralela a los valores que nuestra empresa profesa y que son parte de su cultura. La mayoría de las veces no nos enfocamos lo suficiente en este tema, lo que representa un alto riesgo. Seguidamente la habilidad de liderazgo y podemos mencionar las siguientes:
- Orientación estratégica, la capacidad de poder analizar situaciones complejas y conceptualizar las alternativas disponibles antes de actuar.
- Perspectiva del mercado, un fuerte entendimiento del mercado y como sus realidades afectan la evolución del negocio.
- Orientación a resultados, un compromiso tangible y una trayectoria demostrada de que existe la capacidad de mejorar de forma sostenida su nivel de contribución.
- Impacto en el cliente, una pasión natural y sincera de servir al cliente y superar sus expectativas.
- Colaboración e influencia, la habilidad de trabajar de forma eficaz con compañeros y/o socios incluyendo las interacciones externas que impactan de forma directa los resultados de la empresa.
- Desarrollo Organizacional, la capacidad de desarrollar a su gente y de atraer, desarrollar y retener al mejor talento.
- Liderazgo de equipo, capacidad de enfocarse, alinear y construir equipos eficaces que generan resultados.
- Orientación al cambio, la capacidad de transformar y alinear la organización hacia nuevos objetivos y en línea con la evolución de la organización y el mercado.
Debemos ser capaces de evaluar estas habilidades a través de entrevistas, pruebas científicas y validación de referencias, con un énfasis especial en la capacidad demostrada del candidato, sus logros en el pasado y en situaciones similares a las que va a enfrentar en nuestra organización. Lo anterior sirve como una guía puntual de referencia y los invito a que apliquen estos criterios para garantizar el futuro de su empresa. Evalúe su situación y actúe en consecuencia. Gracias y hasta la próxima.