Hola amigos. Cuando uno es CEO, su mayor responsabilidad es reconocer si la organización necesita un cambio en su dirección y su estrategia. De hecho, ningún cambio puede llevarse a cabo sin la aprobación del CEO. Sin embargo, esa posición de poder y privilegio tiende a aislar a los ejecutivos de información de gran importancia y crítica para lograr resultados.
Es un grave error para un CEO estar rodeado de personas que le dicen lo que quiere escuchar y otras que temen decirle las verdades. Este comportamiento es muy peligroso pues te lleva a vivir en una burbuja y alejado de la realidad de tu negocio.
Uno de los puntos clave para poder recibir información oportuna y accionable es a través de hacer las preguntas correctas y buscar la información que te permite generar óptimos resultados a través de las mejores decisiones. Muchas veces la información más importante no es la que conocemos, sino la que desconocemos, y es ésta última la más difícil de obtener especialmente si vivimos dentro de la burbuja. Por supuesto, para hacer las preguntas correctas hay que tener una gran inquietud de información y conocimiento. Pensemos en la tecnología de hoy: qué tanto, como CEOs, conocemos de los avances tecnológicos y cuántas veces no tenemos la capacidad de hacer las preguntas correctas por razón de ese desconocimiento. Nos toca mantenernos vigentes, buscar un conocimiento básico de las tendencias tecnológicas, entender los nuevos conceptos, hacer las preguntas tontas para generar información que nos ayude a entender lo que está pasando. ¿Qué tanto salimos a visitar a nuestros clientes? Ellos son una tremenda fuente de información, retroalimentan la realidad de nuestro negocio, nos critican constructivamente, nos hablan de la calidad de nuestros colaboradores, de los competidores, de las tendencias del sector y del manejo de nuestros procesos frente a ellos. Todo lo anterior constituye una valiosísima fuente de información, pero ¿salimos a buscarla de forma proactiva?
Igualmente nos sucede a lo interno de la organización. Normalmente hablamos con los que se reportan directamente a nosotros y que obviamente filtran cuidadosamente lo que viene de los niveles más bajos de la organización. Por eso yo siempre fui un creyente de manejar los negocios “visitando los departamentos y conversando con mi gente”. Los colaboradores valoran enormemente que el CEO interactúe con ellos, que los visiten, que les pregunten cómo van las cosas, o que resulta en otra muy valiosa fuente de información. Las interacciones con nuestros proveedores, con qué frecuencia hablamos con ellos, con qué frecuencia hablamos con los CEOs de esos proveedores que obviamente conocen bien nuestro negocio, probablemente mejor que nosotros ya que tienen una exposición al mercado competitivo mucho más amplia y están continuamente en la calle, algo que no hacemos nosotros como CEOs. ¿Cómo va nuestra industria, cuáles son los últimos conceptos y tendencias, con qué frecuencia viajamos a las convenciones, congresos o seminarios relacionados con nuestro negocio?
Todo lo anterior nos lleva a una conclusión: nos sentimos cómodos en nuestras oficinas, nos llega la información a través de los canales existentes y por lo tanto pensamos y creemos que estamos informados. No sea ingenuo, la información no está en su oficina, está en la calle y en los pasillos de su empresa. Salga a interactuar y vea la realidad que le rodea. Saludos y hasta la próxima.