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Muchos planifican y pocos ejecutan

Hola amigos.  Es indiscutible que en las dos últimas décadas con el notable impacto de la tecnología, la velocidad de los negocios se ha incrementado de forma exponencial, lo que ha obligado a las empresas a aplicar criterios de Planeación Estratégica que son fundamentales para poder enfrentar los retos del mundo competitivo de hoy de forma proactiva, anticipando, reaccionando y por lo tanto ejecutando con éxito.  Hay innumerables metodologías y herramientas que apoyan el desarrollo de una estrategia empresarial, pero el problema no radica en la capacidad que puedan tener las empresas de desarrollar un plan estratégico, sino en el aterrizaje y la ejecución de la misma.



La comunicación constituye la principal barrera de un proceso estratégico y a partir de esa comunicación debemos considerar la integración y coordinación entre todas las partes involucradas con el propósito de que el apoyo de todas las áreas quede claramente establecido.

Otro aspecto que nuestra experiencia ha demostrado que no se atiende con el debido cuidado es el apoyo que diferentes miembros de la organización le brindan a las iniciativas estratégicas.  En otras palabras, si un área organizacional o un departamento de la empresa no entiende claramente cómo su esfuerzo apoya de forma constructiva el logro de objetivos, no tendremos el éxito deseado en la ejecución de las iniciativas estratégicas.

El seguimiento disciplinado constituye un factor básico para una ejecución estratégica ágil y eficaz.  Se requieren reuniones periódicas, no sólo desde el CEO o Gerente General con sus reportes directos, sino también a nivel de las interacciones que se producen en el desarrollo y ejecución de los planes de acción.  Estas reuniones estratégicas deben llevarse a cabo como mínimo dos veces al mes, y el Presidente, CEO o Gerente General como dueño de la estrategia de la empresa mantiene el más alto nivel de disciplina para garantizar que se dan los avances esperados.

Un fuerte nivel de exigencia para el logro de resultados es otra necesidad básica.  Vemos constantemente en las empresas un ambiente de tolerancia que no es saludable; tolerancia frente a la lentitud, tolerancia frente a una pobre ejecución y especialmente tolerancia frente a la mediocridad.  Si no tomamos medidas para remover esta mediocridad, la empresa perderá su capacidad de supervivencia en un entorno dramáticamente competitivo con clientes más actualizados, más exigentes y con múltiples alternativas de productos y servicios.

Finalmente, las metas y objetivos de cualquier plan estratégico tienen que estar claramente incorporadas en las evaluaciones de desempeño de los ejecutivos y colaboradores que intervienen en la ejecución de los planes.  Si no afectamos “el órgano más sensitivo del cuerpo humano” que es el bolsillo, no generaremos los mayores esfuerzos, ni lograremos los resultados deseados.   En conclusión, si no aplicamos los pasos anteriormente mencionados, el esfuerzo estratégico se convertirá en un ejercicio teórico sin valor agregado y con un alto nivel de frustración.   Analicen su situación y actúen en consecuencia.  Gracias y hasta la próxima.

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